REFLEXIÓN PERSONAL DEL USO GENÉTICO Y LOS ALIMENTOS GENÉTICOS
Como hemos podido observar en los diferentes apartados de este
trabajo, el uso de los estudios de genética y aplicaciones que provienen de
estas son muchas y muy beneficiosas. La genética agrupa nuestras
características y, cuando hay un fallo en nuestro organismo (dependiendo del
fallo), puede saber qué genotipo es el responsable y nos puede proporcionar una
cura o ayudarnos a prevenir ciertas enfermedades que somos más probables de
contraer según nuestros genes.
El uso genético sirve, como ya hemos visto anteriormente, para
producir fármacos y la terapia génica. La clonación también es considerada como
uso genético, ya también hemos visto los beneficios y usos que esta tiene.
En un mundo agnóstico pensaríamos que el uso genético es un avance
científico, una alternativa que ha mejorado la humanidad. De hecho, en algunos
aspectos lo es: la creación de insulina, hormonas del crecimiento,
eritropoyetina para el tratamiento de la anemia… Estos productos mejoran la
vida de muchas personas, al igual que la terapia génica.
Sin embargo, analizándolo desde un punto más ético, podríamos
considerar el uso genético como un proceso de deshumanización. Vemos a los individuos como un conjunto de
genes que pueden reemplazarse si son defectuosos, un conjunto de células madres
que dan lugar a más individuos creados en un laboratorio.
Además, si la terapia génica se
desarrolla a nivel usuario, se producirá una desigualdad social más
pronunciada, ya que las personas de clase social alta serán las que tengan
acceso a estos tratamientos y en futuro, estás personas serán también
superiores físicamente y provocará explotación a la clase obrera.
También podemos hablar del uso
de la genética en la ganadería; se clona el espécimen más productivo y que
produce más. Otro ejemplo más de deshumanización, incluso alienación. Los
animales pasan a ser materia prima que produce dinero. Aunque si esta práctica
se continua, los animales de una especie ganadera se alterarán genéticamente,
lo que puede dañar la biodiversidad, la fauna y la cadena de depredadores, ya
que esos animales empezará a consumir más alimento del que la naturaleza está
presentado.
Otro ejemplo del uso genético en
la vida diaria son los alimentos transgénicos: alimentos modificados
genéticamente para mejorar su sabor, tamaño, mayor duración, aceleración en el
crecimiento. Es una práctica capitalista cuya única finalidad es la generación
de más dinero. Por el contrario, las desventajas son: contaminación del suelo,
pérdida biodiversidad, incremento de sustancias tóxicas en el ambiente, daños
imprevisibles e irreversibles a los alimentos y plantas tratados y posibles
intoxicaciones.
En mi opinión, pienso que el uso
genético es bueno para la investigación científica y el tratamiento de
enfermedades. Pero, como todo, tiene un límite entre lo moral e inmoral.
Modificar genéticamente plantas, alimentos e incluso personas creo que no
desembocará en nada bueno y que, al final, lograremos destrozar el
medioambiente del todo, si es que no lo estábamos haciendo ya.